"¿Cuándo Sanar le Hace Daño al Sanador?" -- Una Canalización de Saint-Germain

"¿Cuándo Sanar le Hace Daño al Sanador?"
Una Canalización de Saint-Germain
Por Alexandra Mahlimay & Dan Bennack
16.4.2011
www.joyandclarity.com

Traducido por Maribel González
marigo28@gmail.com

Esta canalización es parte de una lectura del propósito de Alma con Saint-Germain.  Ha sido editada y reproducida aquí con permiso del cliente.

“Querido Saint-Germain. He sido bendecido con una práctica de asistencia sanitaria que incluye reflexología, y otras técnicas de equilibrio energético. Soy más feliz cuando ayudo a los demás sentirse mejor. Pero soy muy vulnerable cuando mis clientes no reportan ninguna mejoría. En esos momentos, me cuestiono mi aptitud profesionalmente, y me vuelvo socialmente incomodo. ¿Estoy haciendo lo suficiente como un sanador o debería tratar de incorporar nuevos métodos a mi práctica?”

Mi buen amigo. Una de las cosas que es parte de tu lectura del propósito de Alma en esta vida es superar la falta de confianza en ti mismo y la inseguridad. Se te anima en esto para que puedas desarrollar la confianza necesaria para alcanzar profesionalmente tus metas. Construir una práctica de asistencia sanitaria y una clientela es un proceso que requiere paciencia, conocimiento, y habilidad. Pero requiere de cambios internos importantes sobre la manera en que te sientes sobre ti mismo. Simplemente añadir nuevas técnicas no soluciona esto.

Equilibrar el Intelecto y la Intuición.

El reto que ahora enfrentas, es que tu cabeza y tu corazón – tu intelecto y tu intuición – no siempre se están comunicando de maneras que apoyen mutuamente tus mejores intereses. Esto es lo que quiero decir:

Está claro que estás entusiasmado respecto a las artes de la salud, y que tu entusiasmo a ser exitoso fácilmente atrae la atención de tu corazón. Cuando esto ocurre, las propiedades intuitivas y magnéticas de tu corazón se ponen manos a la obra, creando potenciales y oportunidades para que te involucres. Esto te emociona, por supuesto, porque quieres hacer lo que amas. Pero pueden surgir dificultades debido a esto, también.

Mira, si intentas todo lo que le atrae a tu corazón al mismo tiempo, entonces pueda que seas incapaz de concluir una sola cosa exitosamente.

Es precisamente en este momento que tu corazón intuitivo pudiera usar el apoyo de tu cabeza intelectual para evaluar los aspectos prácticos de tus metas. Pero, ¿qué hace, en cambio?

En lugar de ayudarte, tu intelecto – bajo la influencia del ego – llena tu cabeza con preocupaciones sobre lo que “deberías” estar haciendo para ser un mejor practicante. Lo que deberías estar haciendo, si tan sólo fueras un mejor practicante.

Te dice que si fueras realmente competente, entonces estarías haciendo esto, aquello, o lo otro. Pero nunca te deja tener la seguridad en la fortaleza de tus capacidades. Únicamente llena tu cabeza de dudas.

Por lo tanto, la mente – con el apoyo del ego – empieza a generar tanta preocupación que empieza a afectar tu confianza. En lugar de ayudarte a manifestar tus metas y sueños de maneras prácticas, llena tu cabeza de dudas sugiriendo que no eres lo suficientemente bueno para ser un sanador creíble.

Cuando esta falta de comunicación entre tu cabeza y corazón se sale de control, te lleva a la confusión. Te encuentras a ti mismo pensando una cosa y sintiendo otra – entonces al final, nunca estás realmente seguro de lo que quieres o lo que tienes que hacer respecto a ello.

¿Puedes ver cómo esta división entre tu cabeza y corazón te daña como sanador? Te lleva a tomar decisiones impulsivas sobre tu profesión, por una parte – mientras que por otra - está creando arrepentimiento obsesivo respecto a tus defectos imaginados.

Tratar con la Crítica y las Quejas.

Tu empatía como sanador te puede dificultar manejar al cliente ocasional que es crítico, o que se queja del tratamiento que ha recibido de ti.

Lógicamente, si te sientes inferior con relación a tu base de capacidades o conocimientos, entonces esto te puede obligar a aprender más técnicas o dominar detalles adicionales. Ciertamente no hay nada de malo con mantener un estándar de excelencia que se sienta bien para ti, y más formación puede ser parte de esto. Si este es el caso - entonces desde luego – debes continuar. 

Pero si te estás precipitando a más formación para compensar los sentimientos de inseguridad, o para hacerle frente a la crítica y desilusión de otros, entonces probablemente no funcionará para ti.

Deberías escuchar a tus clientes con empatía, por supuesto. Ya sabes que esto es una parte importante de tus habilidades, y que es integral al proceso de la sanación. Pero no te preocupes tanto por lo que tus clientes piensan de tus capacidades. Este es tu campo, y lo tienes dominado. Recuérdate que no hay nada malo con la forma en que haces tu trabajo de sanación – y que no hay nada más que tengas que aprender - a menos que realmente haya un gozo en ello para ti.

También, recuerda no confundirte por las señales y signos de no mejoría en tus clientes. La persistencia de los síntomas no necesariamente quiere decir la ausencia del aporte de sanación de tu parte. Las personas deben elegir sanarse en el fondo de su ser antes de que esto lo pueda facilitar un sanador. Hasta Jesús enseñó esto en su ministerio a los enfermos. No hay otra forma. 

Recuerda, también, que sanar no se trata de complacer a otros. Se trata de tener confianza en tus habilidades, y entonces confiar en que tu cabeza y corazón revelarán el rol más apropiado para ti, y el proceso más apropiado para ellos.

Sanar el Dialogo Interno.

Mi amigo, se te pide tener mayor fe en tus capacidades intuitivas y a minimizar tus sentimientos de inseguridad. Se te recuerda que permanezcas claro y confiando en tu conocimiento, en lugar de caer en la duda sobre esto.

No deberías subestimar tu efectividad alimentando tus dudas e inseguridades con crítica innecesaria. Todo lo que se te pide realmente es mantener una conciencia altruista de tu integridad como sanador, y luego mantener tu compromiso personal al conocimiento y habilidades que tu profesión requiere de ti.

Cuanto más afirmes esto, más encontrarás que así es. Sólo tienes que alentar a tu cabeza y corazón a que se comuniquen regularmente sobre esto. Aunque esto pueda sonar tonto, hasta puedes imaginar que están haciendo esto, mucho como lo harían los cónyuges cariñosos. Imagina que se están enviando mensajes complementarios, algo como esto:

Querida Cabeza. Habla tu Corazón. Te amo muchísimo, y estoy aquí para decirte que estoy totalmente en contacto con mi guía intuitiva. Esto significa que sé exactamente cómo dirigir nuestras energías de sanación para beneficio de nuestros clientes. Por favor confía en que te llamaré en cada ocasión, y que tengo plena confianza en tus capacidades y habilidades. Tu amigo, el Corazón.

Querido Corazón, gracias por tu aliento. Yo, también, tengo fe en tu sabiduría y conocimiento de que nuestros talentos combinados ofrecen la mejor posibilidad para el éxito. Por favor entiende que te apoyo en nuestro trabajo juntos, y que estoy comprometida a nuestra pasión por la sanación. Tú amiga, la Cabeza.

Intenta este ejercicio cada vez que te tiente la desesperación o la desilusión. Recuerda que la falta de comunicación entre la cabeza y el corazón puede ser bastante perjudicial porque distrae tu atención de las cosas que ya sabes cómo hacer, e interfiere con el flujo intuitivo de la energía que utilizas para facilitar la sanación.

El hecho de que ames lo que haces, y que lo haces bien, debería ser suficiente. Confía en esto, y luego actúa con confianza en esta noble profesión que has elegido.

Eres profundamente amado, mi amigo.

YO SOY Saint-Germain

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